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Consejos para mantener en buen estado el cabezal de la impresión

Uno de los aspectos más importantes que debemos cuidar a la hora de mantener nuestra impresora a punto son sus cabezales. De ellos depende que obtengamos una calidad de impresión acorde con nuestras expectativas por lo que cuidar este aspecto del equipo de impresión se convierte en un paso de obligado cumplimiento.

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Pero, ¿cómo realizar esta tarea? ¿Qué pasos tener en cuenta? Es imprescindible que sepamos que con unos cabezales bien cuidados lograremos que los inyectores funcionen a pleno rendimiento e incluso recuperaremos aquellos que con el uso y el paso del tiempo se han estropeado. Aunque por lo general este proceso es automático, muchos usuarios realizan un proceso de limpieza de los mismos, sobre todo a partir de los casos en que se percibe que un color no imprime como debería.

Así, el cuidado del cabezal se inicia en los periodos de inactividad, fundamentalmente tapándolo para evitar que la tinta se seque y obstruya los inyectores. En segundo lugar, conviene tener en cuenta la fase de acondicionamiento de los inyectores para que la tinta esté refrescada.

Con este paso el cabezal de tinta se encontrará con capacidad para expulsar la cantidad necesaria para cada trabajo, a la velocidad adecuada, primando a la vez tanto los valores de masa como la trayectoria.

El tiempo, debido a factores inherentes a la inyección, hace que se pierdan una parte de los componentes de la tinta, algo que provoca que cada cierto periodo los inyectores segreguen algunas gotas de agua, las cuales consiguen purgar la tinta que se ha consolidado y se encuentra viscosa.

Estos dos procesos permiten conservar la calidad de los niveles de impresión. A ellos se une que dichas gotas quedan bajo la platina de impresión, que en la mayoría de las impresoras se sitúa sobre un rodillo de recogida ajustado al movimiento del papel. Es en ese momento cuando se elimina del rodillo y pasan a una cámara ubicada dentro de la unidad de impresión.

Finalmente, conviene recalcar que la cantidad de tinta, escasa, que se requiere para el mantenimiento de los cabezales termina evaporándose por sí sola con el paso del tiempo. De hecho, para tranquilidad de nuestros lectores, la capacidad de éstos está diseñada para que dure la totalidad de la vida útil de la impresora.